Franz Ammersdorfer siempre creyó en la fuerza del progreso. Con su propia instalación fotovoltaica, forma parte de la revolución energética y busca ser un ejemplo para los demás.
Su misión es promover el uso sostenible de los recursos naturales para dejarles a nuestros hijos y nietos un mundo en el que valga la pena vivir. Al hacerlo, demuestra cómo una idea pequeña puede llegar a ser algo grande.
Todo empezó con una idea simple, pero ingeniosa. Franz Ammersdorfer es un propietario orgulloso de una serie de estanques piscícolas que están conectados por un arroyo. El hecho de que no se utilizaba la energía generada a medida que el agua fluía entre los estanques hizo reflexionar a Franz, un electricista capacitado y con conciencia energética. No tardó mucho en construir una pequeña turbina de prueba que generaba energía a través de un dínamo. Su plan funcionó: la turbina trabajó sin problema las 24 horas del día, generando un suministro continuo de energía ecológica.
El único punto negativo era que tenía que cambiar los baleros cada ciertos años, ya que la turbina estaba en constante movimiento. Esto hizo que Franz empezara a pensar en otras formas de generar energías renovables que no implicaran piezas móviles, como la fotovoltaica. “Ese fue mi primer paso hacia el mundo de la fotovoltaica”, cuenta Franz con entusiasmo.
» El inversor funciona desde el primer día y no ha presentado ningún problema. Estoy bastante satisfecho con él. «
En ese momento, Franz también se hizo una pregunta importante: “¿Vale la pena?”.
Su incertidumbre inicial se evaporó rápidamente, una vez que conectó el inversor y vio la energía que generaba.
“En ese momento, el inversor era un prototipo. El acuerdo era que, una vez que se produjera en serie, yo recibiría un modelo de la producción en serie”.
Pero no hubo necesidad, ya que el Sunrise 2000 instalado en la época había estado funcionando sin problema durante los últimos 23 años y, hasta la fecha, Franz no ha tenido motivos para reemplazarlo: “El inversor funciona desde el primer día y no he tenido ningún problema con él”.
Desde entonces, el pionero en energía ha extendido su sistema y utiliza la energía solar para abastecer toda su casa. Y actualmente continúa adoptando soluciones de eficiencia energética: “Compré un vehículo eléctrico, que puedo cargar con mi propia electricidad producida a partir del sol”.
Franz no tiene dudas: “Siempre habrá pioneros y, sin ellos, nada se desarrollaría. Si seguimos tratando nuestro medioambiente de esta manera, devolverá el golpe”.
Es firme creyente de sus palabras: “Necesitamos tener la valentía de hacer cambios y, tal vez, escuchar un poco más qué tienen para decir los pioneros en energía”.